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“Naciste Para Ver Esta Película” El Cine de Wakaliwood

Para muchos cineastas, uno de los mayores obstáculos a la hora de rodar una película es el presupuesto, o la falta del mismo. Es una experiencia universal: muchos directores se sienten atados de manos al no contar con los recursos financieros para llevar sus historias a la pantalla. Para todos aquellos detrás de la cámara que sienten la falta de dinero como un reto digno de Hércules, la historia detrás de Wakaliwood podría – y debería – servir de inspiración: todo un universo de hacer cine donde los presupuestos no suelen pasar de 200 dólares.


“Wakaliwood” es como se ha llegado a conocer al barrio de Wakaliga, ubicado en Kampala, capital de Uganda. Es aquí donde Isaac Godfrey Geoffrey Nabwana – mejor conocido como Nabwana I.G.G. – ha creado su propio estudio e incluso, su propio universo fílmico.


Mientras el país se encontraba sometido al régimen genocida de Idi Amin en los años 70, Nabwana se adentraba en el cine de artes marciales y de Hollywood de la época. Tiempo después, decidió dedicarse a hacer cine de forma completamente autodidacta y tras llevar cursos de edición y ver tutoriales online, cogió una cámara y decidió hacer películas.





Trailer de Who Killed Captain Alex, cortesía de la cuenta official de Wakaliwood en YouTube.




Junto a sus vecinos y amigos, Nabwana ha filmado más de diez películas desde 2008, todas en el género de acción. Para cuando llegó el despegue internacional con Who Killed Captain Alex (2010), ya llevaba al menos tres producciones encima. Una copia del filme encontrado en YouTube llamó la atención de Alex Hofmanis, programador de festivales y productor que viajó a Kampala para documentar el fenómeno y le dio a I.G.G. el impulso para ser conocido afuera. Desde entonces, Hofmanis ha sido prácticamente adoptado en el país africano, donde hasta hoy reside.


Wakaliwood es hoy testimonio de lo que puede lograr el puro amor por el cine. A pesar de su clara falta de recursos, Nabwana se las ha ingeniado para hacer entretenidas y dinámicas cintas de acción que algo le deben a John Rambo y Bruce Lee, entre otros íconos. Mostrando un gran espíritu independiente, Isaac y su equipo echan mano de lo que tienen alrededor – desde dos botellas de plástico haciendo las veces de binoculares, hasta la carcasa de un helicóptero derribado para cualquier escena de combate que requiera una – para llevar su visión a la pantalla. Esta energía y creatividad para hacer cine pone a Nabwana en la misma categoría de directores como Peter Jackson o Robert Rodríguez, que también empezaron sus carreras en cintas indie donde su imaginación suplía la falta de presupuesto; pero de darle uno a Isaac, se perdería algo de esta magia, como algunos afirman ha sucedido con los otros dos.


Clip de Crazy World, cortesía del Festival de Toronto


Todo esto podría parecer una mala idea, el tipo de cine serie B que puede parecer deliberadamente mal hecho para intentar capturar ese espíritu ingenioso que sólo tienen las verdaderas cintas de culto y que sólo las hace víctima de burlas. Pero cuando uno ve películas como Crazy World (2014) o Bad Black (2016), uno ve tanto entusiasmo y cariño por el cine, y a un equipo pasándola tan bien, que es difícil no compartir el entusiasmo y recibir estos filmes con los brazos abiertos.


La verdadera arma secreta de Wakaliwood es VJ Emmie; en una especie de mezcla entre cine y stand-up comedy, las proyecciones de las películas incluyen comentario en vivo de un “animador”, cuyo trabajo es simultáneamente poner en onda al público, celebrar las virtudes de lo que se ve en pantalla y hacer chistes. Parte de una tradición de este cine, es un elemento infaltable en las películas de Nabwana y que aporta mucho a su estatus como cine de culto. El escuchar comentarios como “¡Naciste para ver esta película!”, “¡Acción desde Wakaliga!”, o simplemente unos eufóricos “¡CINE!” o “¡ACCIÓN!” contagian el sentimiento de fiesta que se quiere lograr con estas películas.


Wakaliwood además se ha dado maña para tener un universo interconectado, donde comparten pantalla héroes como el comando Dauda Bisaso, el experto en artes marciales Bruce U o los Waka Starz, niños guerreros que reparten patadas tan bien como los adultos. Todos enfrentándose a la Mafia del Tigre, villanos recurrentes en estas cintas, liderados por un niño enternado conocido como Mr. Big. Pero el cine de Kampala es mucho más que homenajes a cintas ochenteras; Nabwana no disimula la difícil situación del país africano ni las condiciones precarias en las que se vive el día a día y ha encontrado en sus películas el vehículo perfecto para dar la alerta a nivel mundial sobre problemáticas serias que van desde la hambruna hasta el tráfico infantil; sin necesidad de dar sermones, en el cine de Nabwana la conciencia social y el entretenimiento van de la mano.


Hoy en día no es fácil ver estas películas; una función en el reciente We Are One, un festival online creado durante la pandemia y curado por festivales tan diversos como Toronto, Busan o Guadalajara, ciertamente sirvió para aumentar su perfil, el mismo que TIFF viene celebrando hace ya varios años. Por lo pronto, Who Killed Captain Alex y Bad Black se encuentran completas en YouTube, un buen punto de entrada para un cine que compensa su falta de recursos con mucho, mucho cariño por el séptimo arte.



“The Delta Force Awakens”. Video promocional de Wakaliwood incluido en su canal de YouTube.


por Ernesto Zelaya



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